Oficial:Rol de Tamriel

Y así fue cómo murió el rol.


PD: por lo menos el rol acabó conmigo ganando como última frase. Me gusta ese final

Psss, que quizás lo revivimos ¿Quien sabe? aún sigo pensando una idea para escaparnos de las minas XDDD

-¡Je je je...!- el hombre mostro una sonrisa de dientes podridos- Buen trabajo muchacho...- añadió dandole una palmadita en la espalda.
-No me toques- lo miro de reojo, enseñandole los dientes
-Wohh... calma mocoso, que vas a acabar muerto... venga, creo que tu y yo podemos hacer un buen trato...- le volvió a dedicar una sonrisa mientras le enseñaba una botella de skooma.
-¿Qué...?
-¿ Quieres un poco no...?-movió la botella entre sus manos
-No
-No para tomarla, imbécil, esto aquí, es el pan de cada día...
-¿Qué quieres?-dijo entrecerrando los ojos
-Un buen amigo... muy bueno, que esta noche se encargue de un... buen trabajo, pero ven, no hablemos aquí...

Lo empujó desde el hombro hasta llevarlo a un lugar apartado.

-Si quieres sobrevivir aquí... mocoso, lo mejor es que te unas a una de las bandas... eso lo sabes bien, pues bueno, aquí te doy la oportunidad...
Necesito que tu y... alguien más, se reunan conmigo cerca de la fogata, cuando la mayoría este durmiendo... ¿Crees que puedes hacerlo?

El joven se limitó a asentir con la cabeza, mientras se dirigía a donde estaba su compañera Riven, desconocía el paradero de Kaela...
-...¿Estas bien...?- dijo alzando una ceja, mirando de reojo la batalla que comenzaba a tener lugar nuevamente...

(q bien que revivieron el rol, esto me lo ha pasado giovanni)

-¡1 botella al guardia rojo!
-¡5 minerales al guardia rojo!
-¡3 botellas al bretón!
-¡¿3 botellas?! ¡Bien!
-¡Un mineral al bretón!
Entre gritos los hombres rodean a quien maneja las apuestas, ese anciano encorbado que parece poder contener todos los calculos de memoria, subido sobre unas cajas va observando las apuestas mientras mira a esos hombres, casi animales, alzando los objetos como locos.


-Apuestas 2 a 1... Bretón contra Guardia rojo...-dijo sonriendo, algunos protestan, otros cambian sus apuestas, pero finalmente, todos empujan a ambos hombres al centro...

-Parece que por fin nos toca... Drack
-*aprieta los puños y encorba la espalda, mientras te sonríe*
-si tiene que ser, entonces es hora del espectáculo

Con furia, uno se arroja sobre el otro de manera brutal, el guardia rojo comienza a repartir golpes freneticos contra la cara de Justino, pero estos son detenidos por sus antebrazos, repentinamente, en un gancho se abre demasiado la guardia. El joven bretón asesta con fuerza un golpe de mano cerrada hacia su mentón.

La multitud grita, abuchea, ruge junto a esos dos hombres que se baten en una lucha, el guardia rojo retrocede, limpiándose la sangre con el dorso de la mano

-Primera sangre...- dice entre dientes mientras se arroja otra vez sobre el Bretón, corre directo a una embestida brutal, con rapidez este intenta hacerse a un lado.
Repentinamente el brazo del guarda rojo se abre y atrapa al adolescente por la cintura obligandolo a caer de todas maneras al suelo. Los dos cuerpos levantan una nube de polvo, y casi instantaneamente Justino lucha por levantarce...
Una fuerte mano logra tomarlo por la camisa y lo lanza hacia atras, el joven se tambalea y cae sobre la tierra, mientras que el guardia rojo se lanza con potencia contra el.
Lo aplasta con un gran peso que el bretón logra resistir, puñetazos se reparten sin parar del lado de ambos, finalmente, el enorme hombre negro logra alcanzar la frente con un enorme puño. La cabeza se retrae y golpea contra la tierra, mientras el guardia rojo vuelve a alzar su brazo para dar otro golpe...
Las tornas se cambian, sin darse cuenta ambas piernas estan sobre su pecho y en un furioso y brutal impulso el guardia rojo es arrancado de la tierra y enviado varios metros por el aire.
El breton se incorpora gritando de ira, el costado derecho de su cara sangra por el impacto, pero no le importa, en un instinto liberado se arroja sobre su atacante que apenas llega a incorporarce y sus dientes prueban la carne de su cuello, arrancando un trozo en una explosión de sangre.
El grito del imponente Hiddsens resuena en toda la mina de cidhna, mientras se lleva atonito la mano a su cuello, viendo la sangre brotar... ese grito de dolor y sorpresa, pronto se transforma en un grito de rabia, ignorado los golpes de Justino logra alcanzarlo con un pesado puño que le aplasta las costillas, el bretón hinca una rodilla en el suelo, luchando por respirar...
Ante el ve al enorme guarda rojo alzando ambos brazos sobre su cabeza y apretando sus manos, formando un enorme mazo que se prepara para descender sobre su cabeza.
Un antebrazo logra parar el feroz golpe, pero esto lo obliga a caer de espaldas a la tierra, el hombre negro vuelve a alzar sus manos en forma de mazo, esta vez para reventarle el pecho, por poco logra dar una patada a su rodilla que lo desestabiliza y lo obliga a alejarse tambaleante.

Mientras tanto, todos esos infelices gritan de alegría, excitados al ver la sangre que ya se extiende por toda la camisa del guarda rojo, como se lo nota mas cansado... cualquier hombre normal ya habría cedido ante esa enorme perdida del liquido vital.
Las apuestas al bretón crecen, con su boca llena de sangre tanto de el como de su adversario, las miradas de furia chocan sin fin, gruñiendo y gritando como pobres intentos de intimidar a su enemigo...

El bretón vuelve a lanzarce con potencia al ver la victoria cerca luego de recuperarse a medias del golpe, luchando por derribar y vencer a su contrincante.

El guardia rojo trastabilla tras el impacto y cae de espaldas, golpeandose la cabeza, mientras tiene a ese arrogante joven de piel pálida con las rodillas sobre su pecho, golpeándole el rostro con frenesí, la perdida de sangre ya parece haber hecho su efecto... lentamente los ojos del guardia rojo se van cerrando.

Pero sorprendentemente, el apostador aún no para las apuestas, deja que sigan fluyendo... pronto los mineros gritan de alegría tras haber apostado enormes sumas por ese joven pálido y esbelto.
Pero hay algo que pocos suelen saber, así como los orcos son conocidos por sus berseckers... los guardias rojos suelen ocultar una artimaña dentro de ellos, un efecto que llega a parecer incluso similar en algunas peleas, un último intento por sobrevivir en situaciones extremas, pero con consecuencias severas...

Siente su cuerpo arder, las venas estallarle. Los latidos de su corazón se aceleran enormemente de la nada, pronto deja de sentir esos golpes que se descargan sobre su rostro, solo siente ante el las energías renovadas, como un animal feroz responde con otro puñetazo hacia las costillas...
El bretón escupe sangre y cae al suelo, sin entender de donde proviene esa fuerza, logra patearlo, pero no parece mostrar dolor, se arrastra con rapidez intentando escabullirse...
El enorme guarda rojo lo toma por detras de la camisa y le asesta un rodillazo en la espalda, mientras comienza a zacudirlo frenéticamente.

El joven muestra los dientes, y es entonces cuando ve a lo lejos un pequeño pedazo de roca afilada que quedo en la arena, velozmente se escabulle de su propia camisa, saliendo por debajo de esta y se arrastra hasta ese trozo de piedra...
El guardia rojo lo toma por la pierna y trata de torcerla, pero como respuesta recibe una patada en el abdomen que lo deja sin aire.
Justino se arrastra, y al momento que el guardia rojo vuelve a agarrarlo este se la arroja ensima.

Un puño cerrado viaja lleno de furia hacia el rostro de nuestro joven heroe, y este cierra los ojos, cayendo inconsciente.

El guardia rojo jadea, mientras una sonrisa se le forma en el rostro... la cual se desdibuja al bajar la mirada... el pedazo de roca esta atravesado y hundido en su abdomen.
Su piel negra se nota ya pálida, y sin lograr sostenerce más en pie, la adrenalina deja de fluir... cae de rodillas respirando agitadamente.

-¡El ganador... es el guardia rojo!- dice sonriendo frivolamente
La gente grita enfurecida, sin poder creer lo que acaba de suceder en esa apuesta que se volvió casi interminable...

Se giró hacia él, recuperando la compostura y fingiendo estar perfectamente, a pesar de que la mordedura de su brazo le hacía retorcerse de dolor. -Pues claro que estoy bien. Es solo una cría, podía ganarle con los ojos cerrados. Incluso me ha dado pena dejarla en ese estado. Me he enfrentado a cosas peores.- Dijo mientras se agarraba el brazo derecho, del cual brotaba sangre.